
Floreal Forni: Amigo, maestro e inspirador
Hace pocos días, el 19 de mayo falleció Floreal Forni (1933-2016), amigo, maestro e inspirador de muchos cientistas sociales en nuestro país y América Latina. Su campo de estudios incluyó la sociología rural, la metodología cualitativa, la economía social, las políticas públicas, las teorías sociales y los estudios sobre la sociología de las religiones, en especial el catolicismo.
Lo conocí a Floreal en 1984, al regresar del exilio en Perú y Francia luego del terrorismo de Estado que había vivido nuestro país. Deseaba por mi parte continuar las investigaciones sobre el catolicismo argentino que había comenzado en los posgrados realizados en la EHESS y una de las pocas posibilidades era como becario del CONICET.
Lo visité en la oficina del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (donde fue su director entre 1976 y 1993) en la calle Montevideo 666, gracias a una recomendación de Julio Neffa a quien había conocido en París. Desde la primera entrevista me manifestó sus deseos de retomar los estudios sobre esta temática que si bien le habían interesado fuertemente en el pasado, los había casi abandonado por falta de investigadores interesados en la sociología de las religiones. Su tesis de doctorado en la University of Chicago se intituló “Catholic Doctrinary and Ideological Differentiation in Latin America” (1973, inédita). Allí reflexiona sobre la modernidad latinoamericana, el papel de la doctrina católica, los desafíos teóricos-metodológicos de los fenómenos religiosos y la importancia del análisis sociológico de los vínculos entre política y religión.
A partir de ese momento y hasta su muerte, el vínculo fue creciendo transformándose en una gran amistad, en un gran respeto como maestro y formador en los meandros y profundidades de la sociología académica y en la investigación científica. Fue también un inspirador para el trabajo cotidiano, duro en el campo, en equipo y comprometido con los actores que investigaba y se relacionaba.
En 1985 obtuve mi primera beca de perfeccionamiento y a partir de allí comenzamos una apasionante aventura científica y personal que nos llevó a fundar -junto con otros colegas argentinos- la revista Sociedad y Religión, a reunir a otros investigadores locales y regionales y comenzar con las Jornadas sobre Alternativas Religiosas, y años después a sumar colegas latinoamericanos y crear la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión del Mercosur de la cual tuve el honor de ser su primer presidente. En todo este camino, la presencia, el apoyo y el entusiasmo de Floreal fue fundamental. Los colegas de Uruguay, Brasil, Chile, Colombia y México primero, y los de Francia, Italia y EEUU luego, encontraron en él un colega con quién reflexionar sobre estos temas.
Su casa -con el gran apoyo de Lidia- fue la sede de Sociedad y Religión. Sus amigos fueron los mecenas de la revista y quienes aportaban para los gastos mínimos para las jornadas y los encuentros. Así también realizábamos pequeñas consultorías y lo recaudado se destinaba para colaborar en esas inversiones.
Recuerdo cuando a fines de los ‘80 fuimos invitados a San Pablo con el motivo de participar en unas jornadas de la red Lebret junto con colegas de América Latina y Europa. Para Floreal esas jornadas significaban el encuentro con personas muy cercanas a sus cosmovisiones religiosas, comprometidas en la acción social, en el terreno mismo desde otras perspectivas como lo era la teología de la liberación, relacionando la investigación con la acción liberadora en movimientos sociales. El único problema era que no teníamos dinero para viajar y no había posibilidades de obtenerlo. El deseo de ir prevaleció y viajamos en ómnibus de Buenos Aires a Iguazú y de Foz a San Pablo, ¡ida y vuelta!
A comienzos de los ‘90 decidimos comenzar un seminario sobre sociología de la religión en la Universidad de Buenos Aires. Se trataba no sólo de tener presencia en un área vacante sino desafiar categorías, conceptos y teorías dominantes que suponían la desaparición de lo religioso en la sociedad; la afinidad de las religiones con grupos organicistas y conservadores y un estado laico que enviaba lo religioso al espacio de lo privado. Dado que éramos profesores regulares de la Carrera de Sociología, allí comenzamos juntos un seminario optativo con el nombre “Grupos Organizados para la actividad religiosa en los sectores populares del conurbano bonaerense”. Más tarde se incorporará la colega Verónica Giménez Béliveau al grupo docente. El seminario sigue vigente hasta hoy.
Floreal Forni fue prolífico en sus publicaciones en revistas, libros y compilaciones.
Se destacan sus aportes sobre Santiago del Estero: “Demographic Strategies in an Underdeveloped Region of a Modern Country. The Case of Santiago del Estero”, con Roberto Benencia, publicado en la obra colectiva editada por Carol Vlassof y Barkha-e-Khuda, Impact of Modernization on Development and Demographic Behavior. Case Studies in Seven Third World Countries. Otawa, IDRC, 1988. Así como otro articulo también en coautoría con Roberto Benencia, intitulado “Nuevas formas organizacionales entre pequeños productores del nordeste de la Argentina”, publicado como Documento de Trabajo en el CEIL (No. 22 de Febrero de 1989); y el libro Empleo, Estrategias de Vida y Reproducción. Hogares Rurales en Santiago del Estero junto con Roberto Benencia y Guillermo Neiman. Bibliotecas Universitarias, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1991.
La Universidad Nacional de Santiago del Estero lo nombró Doctor Honoris Causa, agradeciéndoles no sólo sus aportes sobre la comprensión del campesinado y los trabajadores rurales en la región sino también por sus viajes, compromisos y su tiempo dedicado a investigar sobre las familias, los grupos… y al fortaleciendo de amistades a largo plazo. También lo hizo en la Universidad del Salvador, donde fue profesor durante décadas, y en la Universidad de Buenos Aires que lo nombró Profesor consulto en 1999.
Fue formador de numerosos becarios, investigadores y profesionales de distintos campos de las ciencias sociales, vinculados a instituciones de investigación, universidades y organizaciones sociales. Con ellos ha escrito y editado numerosos libros, artículos en revistas, capítulos de libros y folletos de difusión.
En los temas de sociología de la religión recordamos -entre otros muchos- sus aportes a la Guía de la diversidad religiosa de la Ciudad de Buenos Aires (Tomo I y II); los artículos sobre “Peronismo y Catolicismo” en la revista Unidos de Buenos Aires; “La lucha por las almas: católicos y evangélicos en el conurbano bonaerense. Dos estudios de caso en el Partido de Moreno”, “Religión y modernidad en los estudiantes universitarios”, “La posible contribución de la Iglesia Católica a un desarrollo armónico y solidario en nuestro país: capital social y economía social. Contribución desde la Iglesia para el desarrollo” y “Estudio comparativo de los grupos organizados para la práctica religiosa en el Gran Buenos Aires (II)”
Su compromiso social, político y religioso fue otro valuarte en la vida de Floreal, comprendiendo como pocos la posibilidad y la necesidad de vincular la investigación con la intervención. No rehusó a manifestar su cultura católica. Sus orígenes en el seno de una familia anarquista y católica que le puso el nombre Floreal (que recuerda a uno de los meses del calendario revolucionario nacido de la revolución francesa: Primavera, período de plenitud de las flores) y lo socializó en la Acción Católica permitiéndole ingresar a la política partidaria a partir de la Democracia Cristiana. Participó así en numerosos seminarios, conferencias, palestras, jornadas y debates en todo el país. Son miles los que lo recuerdan hablando, discutiendo, proponiendo, criticando y aportando desde sus conocimientos y su vida. En plena actividad intelectual y científica sufrió un fuerte ACV que lo fue apartando poco a poco de esas múltiples experiencias, aunque con su esfuerzo y voluntad mantuvo continuidad en esas actividades a través de otros medios.
Sentimos mucho esta pérdida. Un maestro y un inspirador se ha trasladado de espacio y lugar. No será fácil cubrir esta pérdida. Seguirá presente en cada número de Sociedad y Religión, en cada Jornada de Ciencias Sociales y Religión y en cada acto de la Asociación de Cientistas Sociales de la Religión del Mercosur. Floreal seguirá también ocupando un lugar cuando hagamos memoria, cuando profundicemos un acontecimiento, cuando marchemos juntos con las grandes mayorías débiles y vulnerables y cuando sigamos mirando lejos, creyendo que las esperanzas son posibles. Un amigo y un discípulo te dice adiós. Gracias por acompañarnos, estés donde estés.
Fortunato Mallimaci
Junio de 2016
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